Se trata de una iniciativa que se enmarca dentro de la colaboración que desde hace años mantiene la Fundación con Osakidetza-Cruces, extendida ahora también al Hospital de Basurto, y que tiene por objetivo ayudar, en la medida de lo posible, en el proceso de humanización de los tratamientos pediátricos.
Esta iniciativa se une al Proyecto de Pediatría y Fútbol Pasillo.